La cultura "Kung".
Los miembros de la cultura kung, (bosquimanos), eran conocidos por ser un pueblo en el cuál no había ni una pizca de agresividad. Y esto, demuestra que la agresividad no está en los genes, si no en el ambiente.
En esta pequeña sociedad de los Kung, las mujeres recolectaban, y ese sustento simbolizaba dos tercios del alimento necesario. Para hacer su trabajo de recolectoras un poco más sencillo, solían tener a sus hijos cada cuatro años. Pues sería bastante incomodo recolectar con dos bebes en la cesta. Solían amamantar a sus hijos durante 4 años para retrasar su ovulación.
Los hombres hacían su parte del trabajo para proporcionar comida al pueblo cazando, lo que simbolizaba un tercio del alimento necesario.
En cualquier sociedad primitiva, el cazador dominante tendría un estatus social que le haría destacar de entre los demás. En esta sociedad, el cazador era humillado independientemente del tamaño de su presa, y acababa por pedir perdón, arrepentido por no haber conseguido más.
Cuando un joven del poblado vislumbraba una pizca de violencia, se celebraban reuniones alrededor del fuego. En esas reuniones los Kung más longevos narraban vivencias del poblado mientras todos compartían un canuto en el que ardía una mezcla de hierbajos y plumas y contaban chistes. Si no conseguían frenar ese comportamiento, el que no quisiera educarse en la paz, era expulsado del poblado.
La forma de organización de las casas, también era un punto a favor de la inexistencia de machismo o violencia. El poblado contaba con seis casas dispuestas en circulo, con las puertas mirando hacia dentro. Por lo que todos los vecinos podían ver lo que sucedía en todas las casas.
Un día, el gobierno decidió echarles de su desierto. A cambio les dio vacas, cabras, y pequeños campos para cultivar. Pero este echo, lejos de ser una ayuda. Empeoró la convivencia entre los Kung. Tanto es así, que algunos decidieron volver al Kalahari. Las mujeres, alegaron no ser felices en sus nuevos asentamientos, ya que el hombre, se emborrachaba y les pegaba, y aunque sus vecinos oían sus gritos, nadie intervenía.
Este hecho demuestra que si que había agresividad entre los Kung, pero su enseñanza basada en la paz, reprimiendo y castigando las conductas violentas, les llevaba a controlar su agresividad por el bien común.
Información obtenida del libro “La violencia y sus claves” escrito por José San Martín.