Crimen pasional
Crimen pasional era el nombre que se le daba antiguamente a la manera más común de justificar la violencia de género o la violencia machista. Crimen pasional es aquel en el cual el agresor asesina a la víctima en una "repentina alteración de la conciencia a causa de los celos, la ira o el desengaño" por lo que no era considerado un crimen premeditado. Hasta hace poco, se enmascaraba la violencia de género tras el término "crimen pasional" por tradición en los medios de comunicación.
En muchos países, sobre todo en Francia, el crimen pasional constituía una defensa válida hasta 1970 aproximadamente.
Un claro ejemplo de la ideología de la época, donde, claramente era incuestionable la inocencia del agresor, podría verse en el libro "Crónica de la España Negra. Los 50 crímenes más famosos", de Francisco Pérez Abellán. Donde se clasifica a los crímenes como misteriosos, políticos, múltiples, de intriga y pasionales. Describiendo estos últimos como "Todos los crímenes difieren en sus detalles, sin embargo quizá es en los pasionales donde el alma humana se conmueve de forma espasmódica y se deben hacer mayores esfuerzos para comprender lo ocurrido".
Con los cambios de legislación, se ha puesto mucho hincapié en castigar la violencia de género. Llamándola por su nombre. Sin excusarla. Pero aún se reconocen situaciones especiales donde la responsabilidad penal se reduce cuando el crimen es cometido bajo impulso de emociones violentas repentinas como en el reciente caso de Oscar Pistorius.
Durante años, se ha disfrazado a la violencia domestica llamándola crimen pasional.
Si te interesa profundizar en el tema, te recomendamos que veas la película “Amantes” de Vicente Aranda. Donde el protagonista acaba matando a su pareja incitado por los celos que su amante tiene hacia su novia.